FIFA –> Bailando con el balón
(FIFA.com) Miércoles 20 de enero de 2010

Es una mezcla de reserva y naturalidad lo que hace de ella una muchacha tan simpática fuera de los terrenos de juego. Sin embargo, cuando pisa el césped y empieza a juguetear con el balón, se transforma en una amenaza descarada, hipnótica, peligrosísima para cualquier rival. El 13 de julio, fecha en que se inaugurará la Copa Mundial Femenina Sub-20 de la FIFA 2010 en Alemania, podremos ver en todo su esplendor los destellos de la nueva joya de las anfitrionas: Dzsenifer Marozsán.
"Para mí es un gran honor que la gente hable bien de mí. Pero en realidad yo sólo quiero contribuir mi parte a que hagamos un gran torneo ante nuestro propio público", señala la directora de juego de tan sólo 17 años del 1. FFC Fráncfort en su conversación en exclusiva para FIFA.com. "Con esta tropa todo es posible, y la ilusión por el Mundial Sub-20 es enorme. No falta mucho. ¡Pero ojalá empezara ahora mismo!", suspira.
Imaginación y alegría Marozsán es todo un fenómeno. Nació en la capital de Hungría, Budapest, y en 1996 emigró a Alemania con sus padres, porque su progenitor, un futbolista magiar cuatro veces internacional con su país, fichó por el 1. FC Saarbrücken. Sin embargo, al final sería Dzsenifer, más que su padre János, quien haría historia con el venerable club del Saar.
No es de extrañar que la pequeña delantera ya quisiera emular los logros de su padre en sus primeros años. Y con gran éxito. En 2007 debutó en el equipo profesional de la entidad, convirtiéndose no sólo en la futbolista más joven de todos los tiempos en jugar en la Bundesliga, sino también en la goleadora más precoz de la máxima categoría femenina de Alemania. Así es como captó la atención de los cazatalentos del Fráncfort. "Creo que tengo imaginación, técnica y buena visión de juego. Pero soy una chica tranquila y siempre estoy alegre", se autodefine.
Recuerdos ambivalentes de Nueva Zelanda En cualquier caso, el éxito sigue cortejando al nuevo supertalento alemán. No hace falta más que dejarla jugar. Como en la Copa Mundial Femenina Sub-17 de la FIFA 2008 en Nueva Zelanda, en donde se deshacía una tras otra de sus marcadoras con una facilidad pasmosa y propulsaba rebosante de energía el juego de las suyas. La dorsal número 10 recuerda: "Desafortunadamente, entonces caímos eliminadas en semifinales por 1-2 ante Estados Unidos. Esta vez será distinto. ¡Espero que lleguemos a la final!"
Pese a la decepción, con su ingenio y su asombrosa facilidad para la definición, Marozsán contribuyó no poco a que la primera edición de este nuevo torneo de la FIFA captara el interés universal. Ella fue distinguida con la Bota de Oro adidas a la máxima goleadora por los seis tantos que cosechó. Y por si fuera poco, fue elegida segunda mejor jugadora del certamen, por detrás de la japonesa Mana Iwabuchi.
Enorme ilusión por salir a escena Para Marozsán y compañía, serán una vez más las estadounidenses quienes presentarán el mayor desafío en la inminente Copa Mundial Femenina Sub-20 que va a celebrarse en su territorio. Al fin y al cabo, fueron las norteamericanas, que este verano irrumpirán en el esperadísimo torneo como defensoras del título, las que hace dos años en Chile apearon a las alemanas en semifinales con un 1-0 y destronaron a la RDP de Corea por 2-1 en la final.
"Para nosotras será una ventaja jugar ante nuestros propios seguidores. Estoy segura de que vendrá mucha gente al estadio para apoyarnos. ¡Será fantástico!", exclama. Marozsán desprende una euforia contagiosa de cara a los partidos mundialistas contra la élite mundial que se disputarán en Augsburgo, Bochum, Dresde y Bielefeld, sede esta última en la que el 1 de agosto se librará la final. Es un entusiasmo tan desbordante como la gloria que da verla jugar al fútbol. Los indios americanos la llamarían "Bailando con el balón".